MANADAS


GRUPOS FAMILIARES

Una manada de lobos es una unidad social extremadamente compleja: una familia extensa de padres, descendientes, hermanos, tías, tíos y, a veces, dispersores de otras manadas. Hay lobos viejos que necesitan ser cuidados, cachorros que necesitan ser educados y adultos jóvenes que están comenzando a imponerse, todos alterando la dinámica de la manada.

El trabajo de mantener el orden y la cohesión recae en gran parte en los alfas, también conocidos como pareja reproductora. Por lo general, solo hay una pareja reproductora en un paquete. Ellos, especialmente la hembra alfa (la madre de la manada), son el pegamento que mantiene la manada unida. La pérdida de uno de los padres puede tener un impacto devastador en la cohesión del grupo social. En manadas pequeñas, la mortalidad humana de la hembra alfa o de ambos criadores puede hacer que toda la manada se disuelva.

Después de los alfas, los lobos segundos al mando se denominan betas, seguidos por los lobos de rango medio y finalmente los omegas. Tanto las posiciones de rango medio como bajo son algo fluidas. Aunque un omega puede mantener esa posición durante muchos años, no es extraño que la manada elija un nuevo omega y deje que el otro se retire.

EL VÍNCULO

Vivir en una manada no solo facilita la crianza y alimentación de los cachorros, la caza coordinada y colaborativa y la defensa del territorio, sino que también permite la formación de muchos lazos emocionales únicos entre los miembros de la manada, la base de una vida cooperativa.

Los lobos se cuidan unos a otros como individuos. Forman amistades y cuidan a sus propios enfermos y heridos. La estructura del paquete permite la comunicación, la educación de los jóvenes y la transferencia de conocimientos entre generaciones. Los lobos y otros animales muy sociales tienen y transmiten lo que se puede describir mejor como cultura. Un grupo familiar puede perseverar durante varias generaciones, incluso décadas, llevando conocimiento e información a través de los años, de generación en generación.

Los lobos juegan juntos hasta la vejez, crían a sus crías en grupo y cuidan de los compañeros heridos. Cuando pierden a un compañero de manada, hay evidencia de que sufren y lamentan esa pérdida. Cuando miramos a los lobos, nos fijamos en tribus: familias extensas, cada una con su propia tierra natal, historia, conocimiento y, de hecho, cultura.


EL LOBO SOLITARIO

A menudo escuchamos la frase "lobo solitario", una expresión de admiración a regañadientes. Un lobo solitario a menudo se ve como un individualista rudo, intransigente e independiente, impulsado a forjar su propio camino, sin las trabas de la necesidad sentimental de compañía. En realidad, pocas personas querrían vivir de esta manera y, como resulta, pocos lobos lo harían tampoco. Los lobos, machos y hembras por igual, pueden pasar períodos solos, pero no les interesan las vidas de soledad. Un lobo solitario es un lobo que busca, y lo que busca es otro lobo. Todo en la naturaleza de un lobo le dice que pertenece a algo más grande que él mismo: una manada. Como nosotros, los lobos forman amistades y mantienen vínculos de por vida. Logran cooperar y luchan cuando están solos. Como nosotros, los lobos se necesitan unos a otros. Los lobos pueden permanecer toda su vida con la manada en la que nacieron, pero no es siempre el caso. Al igual que en las familias humanas, los adultos jóvenes a menudo se esfuerzan por encontrar pareja, establecer nuevos hogares y comenzar nuevas familias. Los lobos que hacen eso se les llama dispersores/ divagantes y su dispersión asegura un intercambio genético critico entre lobos de diferentes grupos familiares, manteniendo así las poblaciones de lobos saludables. 

Sin embargo, para que se produzca un flujo regular de genes, los lobos deben poder viajar de forma segura entre poblaciones. Esto subraya la importancia de los corredores biológicos y la conectividad de los hábitats y el problema de los planes de gestión defectuosos de los lobos que restringen este intercambio genético.


EL INTERCAMBIO DE CONOCIMIENTOS

Los lobos se comunican, colaboran y comparten conocimientos entre generaciones. Los lobos mayores, como cazadores más experimentados, comparten estrategias y técnicas de caza con lobos más jóvenes, transmitiendo conocimientos de una generación a la siguiente, manteniendo una cultura única para esa manada. 

El difunto biólogo Gordon Haber observó a los lobos cambiar su estrategia de caza según el clima, el terreno y el comportamiento de las presas.